jueves, 21 de abril de 2011

DOÑA VICKY




DOÑA VICKY



El martes fue un mal día, al menos para mí, mi madre recibió del altísimo la orden de abandonar este plano de vida e ir a su presencia, y ella que fue obediente toda su vida, al momento partío hacia él, y con eso, yo perdí a mi madre y el altísimo recuperó una alma pura.



Ella fue la última hija de Juan Ramos, y Petra Orta, mis abuelos, y vecinos del poblado de Tizapán, D.F., tuvo una niñez y una adolescencia felices, al amparo de sus padres y hermanos, lo único negativo que empaño su infancia y adolescencia fue el noviazgo que desde muy temprana edad llevó con mi padre.



Mi abuelo materno, Juan, fue un hombre en exceso trabajador y tuvo empeño en darles una carrera a sus hijos, pero hay un malvado gen que a veces afecta a los descendientes masculinos de mi abuelo y las únicas que terminaron carrera fueron sus hijas, entre ellas mi madre que terminó la carrera de secretaria e hizo estudios normalistas, y cuando ella iba ya a empezar su carrera profesional que auguraba ser brillante,se casó con mi padre y ahí empezó su infierno, primero porqué no permitió el que ella trabajara para nadie, más que para él, y así la inteligente y preparada doña Vicky se convirtió en la esclava personal de mi padre y pasó a ser su secretaria, su enfermera, su cocinera, su mucama, su pedicurista , et relique, et relique,et relique.



Pero la fidelidad y la devoción de doña Vicky, fue mal correspondida y mi papá encontró otra mujer más a dock a él y repudió a mi mamá por una temporada y el pretexto fue que mi mamá, había sido el dedo chiquito de su padre y nunca ni de lejos había visto una cocina o se había hecho cargo nunca del quehacer de una casa y preparada ella para una profesión no supo encarnar el papel de una esclava y tristemente habría que decir que se la quemaba hasta el agua, durante los primero años y con ayuda y consejos de sus amigas más o menos la libro, ya que durante estos años todas las tardes iba a comprar comida a una cocina económica, pero luego ya con dos hijos, ya no podía bien con el quehacer y ya con sus tantas ocupaciones no alcanzaba a ir por la comida y fracaso rotundamente en sus pininos como cocinera y por esto siempre había broncas, pues su comida no le gustaba al señor y no le alcanzaba el tiempo para que la casa resplandeciera, por lo que mi papá optó por buscar algo a su gusto , una mujer que cocinara rico y que siempre tuviera arreglada la casa, y la encontró, y llevó a su casa paterna a mi mamá y a tres pichurros que ya había y partió con su amada dulcinea.



Para nosotros los pichurros todo era felicidad en esa casa, pues ahí había muchas personas que nos cuidaban y querían y poco extrañábamos a un padre que solo llegaba a gritar e insultar y sentimos, bueno al menos yo lo senti en el alma, que en un momento de arrepentimiento tardío regresara, tardío y falso diría, pues no solo siguió con su anterior actitud echándole en cara su ineficiencia a mi madre, sino que ahora había también pasado a dañar a otra señora, pues solo la encandiló para luego abandonarla con una hija.



Al poco tiempo del regreso le dio por comprar un terreno en una muy campirana delegación del D.F. en un lugar sin ningún servicio y todos emigramos hacia allá, apartándonos de las personas a las que queríamos y de las comodidades a las que estábamos acostumbrados y apoyé totalmente a mi mamá cuando calificó a ese lugar “del quinto infierno”, "un quinto infierno" del cual salió ella apenas ayer y en el que yo me quede “forever”, aunque la verdad ella ya tenía años de haber salido, pues al crecer mis ocho hermanos carnales y partir mi padre, según la opinión popular, “al cielo”, hace unos 15 años, ellos la rodearon de comodidades, yo desde “el quinto infierno” que se pegó a mí como estampilla y en el que me hundí totalmente, poco pude hacer por mi madre, aunque ella no necesitaba para nada que yo la ayudara.



Su vida estuvo llena de generosidad y entrega, aunque yo solo recibí migajas de esto, primero porque tuve que competir por su afecto con otros nueve, y luego con las tantas y tantas personas con las que compartió su afecto y su generosidad, al perderme en ese infierno, al parecer ella y mi padre creyeron que era mejor ocuparse de personas que valieran mas la pena y aún la santa de mi madre me abandonó y siguiendo el consejo bíblico como no fui fructífero con ”lo que se me dio” me quitaron hasta lo que ellos no me habían dado.



Pues sí, ante antier uno de mis carnales me habló para decirme que doña Vicky estaba por partir, y sabiendo esto me llegué al hospital del Seguro Social de Los Reyes en donde estaba internada y en donde alcancé a despedirme de ella, y aunque ella al parecer estaba conciente, ya no podía hablar. De ahí como a las 11.40 del día partió su alma al encuentro del señor y que a nadie le quede duda de ello, pues la santidad la alcanzó con solo haber soportado estoicamente la vida que le dio mi padre, aunque también mucho le ayudó el haber sido con su vida, ejemplo, apoyo y guía para muchos y el que yo no me encuentre entre estos, no le resta ningún mérito.



Digo que se fue con HaShem por dos hechos de los que fui testigo, el primero en compañía de mi hija, en ya abriendo el día y cuando la luz de la aurora estaba siendo desplazada por una luz ya más fuerte, cuando estaba yo llegando al hospital y en dirección a éste, una gran estrella fugaz brillo en el cielo dejando una estela blanca brillantísima y al término de ésta una intensa luz verde esmeralda , un bellísimo espectáculo, y el segundo, estando en el domicilio en donde se veló su cuerpo y estando por terminar el servicio religioso que se dio con motivo de su partida, del cuarto en el que ella se dormía empezó a salir un aroma a rosas que percibí yo, pero también lo percibió al menos mi esposa.



Estos dos hechos tal vez no tengan que decir nada, pero su vida santa y ejemplar, de la que muchos fueron testigos, no deja ninguna duda de su santidad , ya que ella supo hacerse “como uno de esos pequeños” y ejemplos de ello, podrían dar, las tantas y tantas personas a las que en su vida guío y apoyó...........................................................

Que estés bien Doña Vicky, aunque yo no puedo decir que te me adelantaste, pues yo no me veo en ese lugar, ni en el más feliz de mis sueños.



Al partir Doña Vicky tenía 81 años.......Adiós Doña Vicky.